TRANSFORMAR PARA REUTILIZAR
El proyecto se concibe desde un planteamiento maduro de los principios operativos de los principios de sostenibilidad. Se pretende el reciclaje de la barriada de Camp Redó. Para ello hemos tenido en cuenta la ciudad en toda su complejidad, analizando las últimas experiencias europeas que avalan que el coste económico y social de esta recuperación es siempre menor que la demolición y obra nueva.
Entendemos que los contenedores habitacionales, además de aportar un interés arquitectónico como testimonio de un importante episodio histórico, tienen hoy un gran potencial arquitectónico. Por ello, se propone para los bloques de vivienda una actuación renovadora que actualice, renueve y transforme esas construcciones a las condiciones y demandas de la vivienda contemporánea. Asimismo, la restitución de su arquitectura debe ir acompañada de la rehabilitación urbana del entorno para conseguir su reintegración completa, y la rehabilitación funcional de su uso como estrategia de intervención. Lo cual conlleva la inserción o recuperación de redes de servicios y espacios públicos a diferentes niveles.
Se plantean diversas estrategias de intervención para este reciclaje, conscientes de que la arquitectura, entendida como una herramienta operativa puede recuperar su vigencia, vitalidad y funcionalidad capaz aún de constituir esos contenedores como espacios válidos para la vivienda contemporánea.
FLEXIBILIDAD Y ACCESIBILIDAD
La propuesta consiste en rehabilitar los dos bloques, conservando la estructura y la mayor parte de los elementos existentes. De modo que se pretende reducir la generación de residuos inertes y optimizar costes. La estructura existente de muros perimetrales de 1 pie de ladrillo perforado y pórtico interior con pilares y vigas descolgadas de hormigón armado con forjados unidireccionales de viguetas de hormigón no presenta patologías graves ni va a sufrir aumento de cargas por lo que se mantiene considerando la aplicación de los adecuados refuerzos de fibra de carbono en los pórticos.
El centro de día se sitúa en planta baja con dos accesos desde el espacio central ajardinado y un acceso de proveedores desde la zona de servicios. En planta baja se sitúan todos los usos públicos sin ningún tipo de barrera arquitectónica y con una fluida relación interior exterior que gracias al buen clima de Mallorca puede permitir a los usuarios disfrutar de actividades al aire libre. Bajo rasante se realiza un paso subterráneo de conexión entre ambos bloques y se introducen las dependencias de personal y servicio, con iluminación y ventilación natural por medio de un patio inglés ataludado. Esta operación, de construcción bajo un edificio existente, es cada día más frecuente y no supone ningún riesgo. Supone la eliminación del actual forjado antihumedad y se excava por bataches para construir los muros de contención y losa de cimentación.
En las plantas superiores se sitúan las viviendas, a las que se accede por las calles exteriores. Asimismo se cambian los núcleos de acceso y comunicación vertical para adaptarse a las nuevas normativas e introducir ascensores. De igual modo se sustituyen en el interior de la vivienda las instalaciones obsoletas por otras de alta eficiencia. Se proyectan 12 viviendas adaptadas dobles y 24 viviendas adaptadas individuales para un total de 44 mayores.
Para mejorar las condiciones de confort y flexibilidad de las viviendas los tabiques se cambian por particiones móviles que se adapten a las necesidades variables de los usuarios, de tal forma que los dormitorios pueden añadirse al salón con facilidad y sin necesidad de obra.
ECONOMÍA DE MEDIOS Y RIGOR CONSTRUCTIVO
La propuesta se rige por criterios de funcionalidad y economía. Teniendo en cuenta el enorme ahorro que supone la no demolición de lo existente, lo que reduce enormemente el volumen de obra y permite que la calidad de los nuevos elementos sea superior a la habitual y esa inversión en nueva tecnología y mejora de las condiciones de confort redunde en beneficio de los usuarios.
OPTIMIZACIÓN DE LOS RECURSOS NATURALES Y REDUCCIÓN AL MÁXIMO DEL CONSUMO ENERGÉTICO
La primera fuente de energía del Mediterráneo proviene de su fuente de insolación natural. El número de horas de sol en Mallorca ronda los 2500 h/año, lo que se traduce en un aporte energético de unos 5500 WH/m2 y día. Este proyecto pretende aprovechar esta energía para el funcionamiento interno de los edificios y alcanzar una arquitectura térmicamente controlada.
Aprovechando las características inerciales del cerramiento existente, y añadiendo las dos capas de aislamiento térmico (por el exterior y por el interior), se genera un desfase y un amortiguamiento de la onda térmica que permite que los valores máximos de temperatura interior sean homogéneos y confortables. Al colocar el aislamiento térmico en la cara exterior del cerramiento se minimiza el calor que transmite del exterior al interior en verano y aumenta la capacidad de acumulación térmica del calor producido en el interior del edificio debido a las ganancias por insolación a través de los huecos.
En invierno, el paramento acumula calor en las horas en que luce el sol y lo distribuye a lo largo del día. De este modo minimiza las necesidades de calefacción del edificio y atenúa el enfriamiento nocturno. En verano, las contraventanas de madera con lamas orientables evitan el soleamiento y con ello se evita que en las horas centrales del día la temperatura del edificio sea excesiva mientras que se aprovecha la ventilación nocturna para disipar la energía que estos muros emiten. La madera como material ecológico a su vez da un aspecto confortable y de calidad al conjunto.
La fachada cerámica con enfriamiento por evapotranspiración constituye un mecanismo de regulación térmica similar al que encontramos en la piel de los mamíferos. Así, el elevado factor de forma de los bloques es un factor favorable para su eficiencia energética, al tratarse de una envolvente activa capaz de intercambiar energía con el ambiente exterior de una forma inteligente. Placas solares térmicas para la producción de agua caliente sanitaria con acumulación y apoyo energético centralizado, de forma que el reparto y consumo de energía se realiza de forma equitativa entre los distintos consumidores.